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Regreso a la poesía, comenzando por Zahoríes de Laura Gómez Recas

Los libros que nos rodean son mucho más que horas de aventuras, viajes y conocimiento, son además compañía, reflexión y refugio. Porque mientras tengamos libros, poseemos la existencia de todos los que llegaron antes que nosotros, lo que nos hace casi eternos. Esos libros representan un momento, el que los compramos o compartimos, en mi caso, algunas veces, incluyendo esa fricción con amigos para ver si me los dejan después de ver su entusiasmo, y claro, devolvérselos. Sobre libros, recomiendo la lectura de Bibliotecas llenas de fantasmas de Jacques Bonnet (Anagrama),  que encuentro imprescindible. Muchos nos reconocemos en sus palabras página por página. Lástima que sus más importantes referencias sean de literatura francesa, porque dan ganas de comprarse todos loa títulos, de los que escribe.

 

Además del típico diario juvenil, las primeras palabras sobre papel en blanco, que he escrito, hace ya algunas décadas, han sido de Poesía. Poesías de amor, sociales (muchas para ser tan joven), poesías sobre la pérdida, el dolor, la frustración, el miedo y la injusticia. Después empecé a escribir como periodista y a contar historias, las de otros principalmente, y de vez en cuando, otra vez poesía.

Los poetas de mi infancia fueron Machado, Unamuno, Juan Ramón Jiménez o Quevedo, me maravillaba la capacidad que tenían de contar sentimientos con ritmo, rima y emoción, y sobre todo afinando tanto en los conceptos, concretando casi como flechas en la diana. Algunos de sus versos siguen retumbando en mi memoria: “Caminante no hay camino…” incluso los de los románticos como Gustavo Adolfo Becquer: “Poesía eres tu”.

Ahora la poesía no tiene rima, aunque si debiera tener un cierto ritmo y una estética casi pictórica, así al menos es como la entiendo yo. Las palabras deben ser significativas no sólo por lo que dicen, sino también por donde se ubican, incluso ignorando las reglas sintácticas. No se si hemos dejado de amar la poesía o sencillamente es que no son tiempos para la lírica, pero lo cierto es que los versos que poblaban periódicos y revistas se han quedado mudos, y los poetas que antes eran objeto de controversia a penas alimentan la pasión entre si mismos.

Sin embargo no encuentro momento más certero, que el actual, para bucear, sumergirse y disfrutar de la poesía y de sentimientos universales que nos permitan sentir que la vida es más que la tremenda insustancialidad en la que vivimos. La poesía es verdad, porque nace del cerebro de los sentimientos, porque no vende ideas, sino refleja pasiones, porque parte del lugar más íntimo del ser humano: del alma.

Me interesa hablar de poesía con poetas, conocer ese universo de personas que escriben poesía y tropiezo, gracias a una amiga común, con Laura Gómez Recas, periodista que no ejerce de tal actualmente y que es autora de tres títulos de poesía: Delante del espejo, llámame azul y un poemario bilingüe español-portugués, Huella de un caz, el último Zahoríes, a cuya presentación he asistido recientemente en la sede de la editorial Huerga & Fierro, la presentaba el escritor Rafael Soler y amenizaba la cantante Ro Trejo.

Una crisis personal y profesional lleva a la autora a escribir los versos que componen esta obra, y también a la conclusión de que en algunos momentos, la vida es un desierto que hay que atravesar con determinación y valor, como los zahoríes. El último verso, uno de sus preferidos del libro:

Las aguas, tan tibias, me amaron
y olvidaron en la concavidad de mi boca
la simiente voluble de la vida,
un trasiego incesante de palabras
y un depósito de tierra
y de succiones fabulosas

Admirando los bellos poemas de Gómez Recas, escuchándolos de su propia voz regreso a la poesía, la suya y la mía, que en definitiva son un mismo universo de estrellas presentes y ausentes, llego a ese lugar común, como el que llega por fin a casa, tras una larga travesía.

 

1 Comentario

  • Laura Gómez Recas
    Publicado en 17 marzo 2021 a las 23:12

    Eva, me alegra que ese reencuentro lo hayas comenzado junto a mí. La poesía, para los que desde tan jóvenes escribimos, es como un hilo conductor de lo esencial que nos compone y que, sin darnos cuenta, nos define.

    Esperando tu primera publicación en verso.

    Un abrazo

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